No deseo, ni està en mi intenciòn, alarmar a la ciudadanìa. Màxime, cuando, nuestras preocupaciones cotidianas ya nos dan una buena dòsis de stress.
Que Los Mayas hayan puesto fecha al fin de nuestro vecindario, y otros tantos pitonizos les acompañen en esa predicciòn es parte de nuestra historia actual y por venir: Està claro , que siendo La Tierra un cuerpo dentro de Las galaxias pueda tener un impacto con otros elementos. Que ese llamado fin suceda, es una probabilidad tan cierta como que hoy cumple años alguien con quien usted se relaciona.
El anhelado final està a la vuelta de la esquina desde que somos La humanidad.
Ahora bien. Hay señales evidentes e irrefutables de un final no menos catastròfico; pero final al fin. Estamos destruyendo lo poco que tenemos de ese vasto universo, a un ritmo tan desmesurado, que pareciera que deseamos con ansiedad que todo se termine ya; a pesar que tememos a ese fin. Nuestros recursos naturales abusados a mas no poder ,nos dan claras señales que nos negamos a ver, aunque nos aplastan con su cruda realidad.
Basta con saber del desprendimiento del casquete polar para corroborar que estamos alterando las temperaturas del gran ecosistema llamado tierra.Y esas temperaturas, estàn cambiando TODO. La quema de combustible, la tala indiscriminada y el uso de biodegradantes quìmicos estàn dando al traste con la comodidad que nos hemos fabricado. La misma comodidad que no podremos usar al acabar con el ambiente: Contradictorio. ¿No?.
Pero hay otras señales, que no solo anuncian el futuro final de nuestros dìas: Ya hoy presentes ponen en relieve nuestra "sagrada estupidèz humana" : La violencia. La degradaciòn del ser por otro semejante, y hasta por si mismo. Nada nuevo, me podràn rebatir. Si. Eso es parte de nuestra violencia compartida: Una especie de: me importa un comino lo que pasa, con tal y no me pase a mi.
Cada vez que nos ocurre algo que no podemos evitar, acudimos a Dios. Y tambièn nos olvidamos de El, cuando "por fortuna" eso tampoco me toca a mi. Vamos por el universo como si cada acciòn individual nuestra no perturbara el perfecto equilibrio que existe y que nos hemos negado a aceptar como verdad. Grave error para haber comenzado a elaborar el final del todo.
Citemos por ejemplo: Una "pareja gay" decide unirse en "matrimonio". Nada extraño para nuestra "moderna concepciòn social" . Ese antivalor redunda en nuestros niños, y violenta lo que yo le he inculcado a mis hijos. Regreso a unas lìneas anteriores: creemos en Dios; pero que se amolde a mi. Por cierto Dios, para todas las razas, Un ser supremo que creò al hombre y a una mujer para hacer PAREJA y procrearse. ¿ Acaso eso No es violencia contra el equilibrio de nuestro planeta?. Clara señal de nuestro empeño de acabar el mundo, aùn en contra de Las predicciones Mayas, y muy a pesar de los adivinos.
Con todo el repeto, que usted me merece, pero digamos, que usted decide vender drogas: Claro si no me las vende a mi, todo parece marchar bien. Pero de nuevo: Usted violenta mi entorno, cuando sus clientes salen a robar y a matar para conseguir dinero para el vicio. Cuando mis niños ven como usted se enriquece sin mayor esfuerzo, usted destruye los deseos de superaciòn y trabajo. Rompe el equilibrio, y de paso, pone otro grano de arena en la CONSTRUCCIÔN del final anhelado.
Claro. No sè si usted lo habrà captado. Pero vemos hacia el cielo, como si la soluciòn està allà fuera, de donde tambièn esperamos la llegada del final. ¿Verdad que somos contradictorios, o son señales del final de nuestros tiempos? ..
Prof. Cèsar F. Rivero.
