lunes, 9 de agosto de 2010

¿SOY FELIZ O ESTOY FELIZ'?

No pretendo alardear acerca de un conocimiento que no poseo. Comparto esa duda que mientras uno mas sabe, descubre que sabe muy poco; por no decir nada. Claro está; sino supiera algo, no me hubiera puesto a pensar para descubrirme ignorante.
Con este juego de palabras puedo presentarle mi enunciado: Estamos en capacidad de alcanzar estados sublimes de paz, y ¿ por que no?, felices, cuando descubrimos donde reside nuestra verdadera individualidad. Aquí, usted quizá desee refutarme con que hay seres felices que nunca se han descubierto así mismos. Pero debo decirle que si lo hace, me hará un favor al suplementar lo que le expongo.
Primero lo primero: Lo individual le hace a usted indivisible lo que redunda en su estado ante el universo. Y paso a explicarle el por qué. El hombre no es solo lo que vemos en su exterior.
¿Alguna vez se ha visto en un espejo?. Casi todos lo hemos hecho en algun instante. Quizá su belleza o su fealdad sea la imagen que usted tiene de usted mismo.
A su alrededor muchos se lo habrán confirmado, y usted alza su glorioso trofeo. Hasta aquí usted es solo una individualidad. Pero usted está, y ocupa un lugar en el universo. Usted está dentro del universo de los demas, incuido el mío por supuesto. Y Los demas hacemos lo propio con usted.
Ahora no mire su exterior. Mírese directamente a los ojos. A sus pupilas. Note que ahí dentro hay un ser: Ese es el núcleo de su universo. Ahí dentro solo habita usted. Ah, ! sorpresa ¡. Despues de todo usted no era tan indivisible.
Aquí cabe una realidad primordial: Cuerpo y alma se complementan, y pueden estar separados, o mejor aún, ser separados por condiciones exteriores.
Sí. Quizá le suene a locura; pero voy a tratar de explicarlo con la mayor sencilléz. Algo bastante dificil por lo que estoy exponiendo.
Claro. Siento que usted quisiera tenerme cerca para llamarme ignorante. Y se lo agradezco. Yo comparto su posición, y por ende vale mi enunciado.
Las mentes mas simples limitan la separación de cuerpo y alma al instante en que morimos. Si esa es su postura se la acepto.Pero agrego lo siguiente: La muerte es la finalización de la relación entre lo biológico y lo inmaterial. De manera infinita No se vuelven a unir: Fin de esa unidad. Sin embargo; debo decirle que estuvo cerca, su cuerpo y su alma se separaron y usted está ahí. Algo le ordenó que me refutara y en armonía su cuerpo le obsequia una reacción: Concuerda conmigo o se molestó. ¿Cierto?.Insisto, Usted Puede afirmar que esto es una locura. Es fácil comprender cuando cuerpo y alma se unen: Su genética y su comprensión del mundo no son iguales a las mías. Y aprovecho la ocasión para introducir otra aseveración: La felicidad es ese estado donde la razón, mente o alma concuerdan con su entidad biológica.
¿ Qué por qué hago tal separación?
Cada vez que un individuo es procreado, este lleva consigo un código genétco que lo hace único; Diferente a todas las otras criaturas. Sólo poseemos algo en común: La vida. Un alma, que aunque diferente de otras, es el común denominador entre los seres vivos, y particularmente entre los hombres, que con nuestro uso de la razón la intentamos encausar; aunque parece que es al revéz.
Si ya sé. Que las almas van al cielo o al infierno, o se diluyen en la naturaleza como energía. La opinión varía dependiendo de lo científico o lo teológico de su punto de vista. Otra vez una disyuntiva entre usted y lo que ha aprendido. Su cuerpo y usted no concuerdan y produce un estado de stress. ¿Me comprende?: Separación o armonía hacen la diferencia en usted. Pero acompáñeme un instante mas y aclaro mi intención.
Los estados de enfermedad están directamente relacionados con esa disociación entre alma y cuerpo que insisto en hacer. Antes por el contrario; los estados de felicidad son la contraparte, al definirlos como la "Comunión" entre ambos entes.
Las personas al "estar en estado felíz" no enferman, ya que la infelicidad es precisamente, un estado enfermo. El trastorno entre esas dos entidades que propongo como YO verdadero.
Es aquí donde hago énfasis en que si se separan aún cuando no haya la muerte como tal.
Se puede argumentar que los niños que nacen con enfermedades congénitas pueden ser felices: Niños autistas, con síndrome de down. Y yo le contesto: Pueden "estar en estados de felicidad temporal"; pero no son felices. Si usted los percibe felices, déjeme decirle que por muy insensible que usted sea no debe aseverar eso.
AhorA bien ; NO SE TRATA DE YO GANARLE LA PARTIDA. Esa no es la idea. Permítame tomarle la mano y presentarle mi propuesta para identificar el por qué de nuestras sociedades enfermas.
Los estadios estresados y/o enfermos devienen de la separación temporalmente expresada en términos de tiempo. Debido a ello defino las personas infelices como ausentes de su propia realidad. Lo que son y están no se corresponde; pero eso será luego identificado a nivel de términos de su relación educacional.
Previamente definí la muerte como la separación definitiva entre cuerpo y espíritu.
Cuando esta separación es temporal estamos en "estados estresados", estados infelices o estados muertos, y su duración es inherente al momento en que cuerpo y alma están unidos en el YO de cada individuo. Concuerdan el uno con el otro.
Hace un instante mencioné sociedades enfermas. Veamos al grupo social como un organismo vivo. Y a los individuos como sus células primarias. Si hay células enfermas la sociedad presentará síntomas inequívocos de malestar. Esto a su vez repercute sobre las células sanas (felices).
PARTE II. Ahí está la solución.