A
pesar de ser un humano mas con sus imperfecciones,  siento el deber de  confesar uno de mis tantos pecados. Hoy sentado
frente al ella me sentí humillado por su majestuosa prestancia. Toda una
tentación…!  Ella de blanca tez , como la
mas pura de las rosas, y con una presencia intimidadora. De reojo la miré,
tratando de conservar la calma. Nada mas perturbador para mis ojos.  Caló en mis huesos hasta tocarme el alma. 
¡
Vaya que no esperaba vivir esta situación. .!  Solos:  Ella y Yo.. en medio de este mar de angustias.
Una simple habitación para nosotros dos, y con el silencio por testigo. Mas  no me atrevo  ni siquiera a rosar su incitante piel. Tersa y
acorde para  este instante. Presiento que
me está invitando a terminar con su virginal condición. Ella y Yo, frente a
frente y sin musitar palabras. Sin sopesar nuestras edades.. Ella desnuda y yo
desnudo de las prisas. La veo distinta a las demás ;  pero su sencilla estampa me desquicia.
Extiendo
mis manos para enmarcar su gracia. Ahora ante mi, este maravilloso tesoro, tan
cercano y diáfano.  Sería un pecado sino
la profano  con mis pensamientos. Temo
que muchos ya saben de  nuestros
encuentros,  o por lo menos los sospechan..
Creo que estas singulares soledades  ya se
han hecho voz  entre los  mas  cercanos.
Los mismos que suelen discernir nuestras ausencias.
Parece mentira, que aún teniéndola  tan cercana jamás le haya dedicado unas
letras. Estoy dispuesto a derramar sobre ella mis insaciables ganas de sentirle
mía. Quizá por ello hoy me sorprendan con su peculiar aroma.  Se  por
experiencias  que una vez que la toque no
volverá a ser la misma… ni yo tampoco. Su destino y el mío se urdirán en un
pecado que disfrutaremos eternamente. Alguien se ha osado  a tocar a la 
puerta ,y disolver esta comunión entre un poeta y su hoja en blanco.
Pero;  ya tendremos una nueva  cita en el tiempo