jueves, 22 de septiembre de 2016

LIMBO

LIMBO
Alguna vez , en algún lugar de la tierra , hubo un paraíso que era anhelado por sus riquezas naturales, y por su gente maravillosa: Gente alegre, inteligente , respetuosa,  y por añadidura , regocijada  en su fe.. En aquel lugar del mundo nació un niño. Uno mas , de los tantos que nos tocó estrenar alpargatas con inusitada emoción. Uno mas de los tantos niños a quienes la maestra llevó a la pizarra tomado por la oreja, o lo llevo a su propia casa para supervisarle el saber. Aquel niño pudo bañarse en el río que atravesaba su pueblo . Cosas de la vida: Casi todos los pueblos estaban unidos a la historia de un cristalino río, un limpio lago o alguna maravillosa montaña .La palabra contaminación apenas ocupaba un lugar en los diccionarios.
Ese niño caminó hasta su escuela centenares de veces : Jugando, corriendo, disipando adrenalina en los mas osados entretenimientos: Columpios, patines de hierro, carromatos con rolineras, y hasta tocando los novedosos timbres para salir en desenfrenada carrera para salvar el pellejo de un regaño, o de la consabida paliza hogareña, si éramos identificados ante nuestros progenitores por el propietario del timbre en cuestión.
Aquel jovencito llevó a moler el maíz, corriendo el riesgo de levantarnos temprano y salir a la calle a las 6 am, y peor aún , que nos encontraran comiendo los granos sancochados o la masa recién molida. Esos niños tuvieron padres que laboraban, bailaban , sufrían , y que mágicamente criaban numerosas proles sin que faltara el pan... Hoy escasean los panes; pero también los padres.
Había un país donde los presidentes existían, y eran realmente presidentes: Con todas sus honorables sílabas bien plantadas. Claro..!  Con los partidos surgieron los corruptos, y “la evolución “condujo a una mutación de nuestras costumbres, leyes y personas. Ese país se llamaba Venezuela: Ese país tenía una de las monedas mas fuertes del mundo: El Bolívar.  La plata era REDUNDANTEMENTE  de plata: Pero; esta también “evolucionó” hacia metales menos valiosos, y menos “ostentosos”, y al igual sucedió con su singular valor. Igual sucedió con los hombre , mujeres y niños que se transformaban en “vivos” para igualar su estirpe con la de aquellos que trastornaban al paraíso para hacerlo mas acorde con las necesidades de la recién instaurada “viveza criolla”. Allí este niño comenzó a vivir en el limbo que nos condujo a la trampa de ser habitantes de una vaina que hoy llaman república bolivariana, que dicho sea de paso , solo tiene de bolivariana el desenfrenado  afecto de los políticos de turno, por los bolívares que alguna vez estuvieron respaldados por las riquezas de aquel anhelado país al que llamábamos República de Venezuela. Ese país cuyo himno convocaba al respeto y a la solemnidad: Era nuestro himno el otro padre nuestro para conmemorar las glorias de un bravo pueblo, y su  honorable  ejercito que al yugo lanzaba. Hoy todo aquello se transmutó hacia el limbo.  Sí.. a ese lugar donde van las almas de los justos que mueren sin bautizo. Hoy , afortunadamente, aún existen muchos conciudadanos a quienes se les debe llamar  venezolanos.

Septiembre del 2016è #SOSporVenezuela 

domingo, 18 de septiembre de 2016

SR. JUEZ


Yo tengo muchas circunstancias que pueden conducir a dudas sobre mi fe; o quizá , sobre la manera como me conduzco ante Dios. Mi percepción de su esencia bien puede  distar de los conceptos comunes entre mis cercanas amistades ; pero a la vez confluye con la de muchos. Para mi , el hecho que Dios se hizo verbo, me hace pensar que El  está aquí entre nosotros : Sobre nuestra piel y en nuestros tejidos. No pretendo a Dios tan lejano como presentirlo por allá entre las estrellas mas remotas  , sentado con una varita , esperando nuestras equivocaciones para asestarnos un castigo. Yo pienso que esa es la versión humana  para alejar a Dios de nuestras andanzas terrenas. Dios se hizo verbo para conjugarse en todo,  y ser conjugado por quienes aceptamos su existencia: Somos entes en el bien o somos parte del mal. Yo pienso que Dios no pretende que seamos santos , porque en su omnisciencia tiene perfecto saber de nuestra esencia y nuestra conducta imperfecta: Pero somos una especie en el equilibrio del universo. Nuestro deber es el verbo y conservar el equilibrio que conlleva nuestro accionar sobre  la totalidad. Sea usted creyente o no, Dios está en nosotros , en nuestro ADN personal. Cabe entonces el albedrío de conjugarse con el universo o pretender socavar su balance:  El bien o el mal.
Dios no es un cazador que nos acecha cual  presas para divertirse jugando al tiro al blanco. Eso sería muy fácil para quien es omnipotente y omnipresente. Insisto: Esa es la versión de los hombres para excusar sus propias acciones: Mantener a Dios bien lejano, y  asustando a los niños. Pero, el verbo habla de la cercanía de los niños para con Dios. ¿Recuerdan el plan? “Dejad que los niños se acerquen a mi, porque de ellos será el reino de los cielos..”. Y No es que salgamos desde ya a  chuparnos el dedo. No. Ni que pequemos de “pendejos” como se dice en mi país. Yo pretendo ser niño cuando amo , y cuando la inocencia me permite maravillarme ante el aroma de una flor, con la luz de una sonrisa o en la voz de unos ojos. Yo pretendo ser niño cuando le temo al mal y me conjugo en Dios para adversar a quienes nos quieren hacer daño. Yo pretendo ser niño cuando me aventuro en los cielos para sentir a Dios en cada palmo del camino.
Cuando Jesús retó a los hombres a que lanzaran la primera piedra no lo hizo para juzgarles.. Si no para advertir que no interviniéramos con el plan divino, vale decir, con el equilibrio del universo: No matarás, amarás a tu prójimo como a ti mismo y conjugarás  a Dios sobre todas las cosas.
Sea la paz con todos.