DOMINGO
DE RESURRECCIÓN
Una
mujer deambula silente bajo el cobijo de las sombras de unos viejos árboles. Las
raíces desnudas han sido el lugar donde se recuesta de vez en cuando a
contemplar unas estrellas que solo existen para ella en el trasluz de este
verde cielo. El patio enmontado deja ver el tanta veces repetido sendero dibujado
por sus pies descalzos. Solo unos pocos testigos podemos acercarnos a vivir
esta historia y palpar los verbos que fraguaron este instante.
Es
la una de la tarde, y el sol abrasador impone su presencia sobre una polvorienta
avenida. El asfalto abrasador culmina justo al frente de un edificio gris que
pareciera extraviado en medio de tanta extensión: “Instituto de Nuevas Oportunidades”,
se puede leer en unas letras que alguna fueron vez doradas. El calor disuelve
las distancias y los pensamientos . Un autobús espera por las pocas personas
que a estas horas aún se aventuran a permanecer en este recinto. Su chofer hace
sonar una estridente corneta como único aviso del inminente momento de partir.
El grupo de familiares y amigos se apuran a despedirse de aquellas que han
venido a visitar. Pulula en el ambiente un tanto del aire de la cercana ciudad:
Los perfumes y el aroma de las frutas son fáciles de reconocer en medio de los
rancios vapores que circulan a sus anchas a través de este edificio. Debido a
una cruel costumbre impuesta por el tiempo, y a capricho de algún funcionario,
una vez que parte el autobús con los últimos visitantes del domingo, se procede
a dejar en libertad a las detenidas que les corresponda por haber cumplido el
tiempo estipulado en la institución. La obligación de pasar 6 meses aprendiendo
alguna manualidad es el castigo oficial. Hoy le ha tocado el turno a Sonia, quien debió salir de este encierro ayer.
Un portón tan oxidado como sus sueños le da la bienvenida a la libertad.
Mientras que al contrario ; un renovado rencor le da luz a sus nostalgias y le
reinstaura en el hecho que la condujo a este almacén de mujeres, sin mas culpa
que su condición de mujer joven. Acá purgan pena aquellas que han hecho de su
carne un medio para subsistir; pero no llevan consigo el carnet del control
sanitario o simplemente se han visto envueltas en peleas a la puerta de los bares
y prostíbulos que existen bajo una presunta clandestinidad. La jaula de las
lobas es por mal mote el sustantivo que determina este lugar en las afueras de
todo, y sin otro sentido que regular el ejercicio de una de las mas antiguas de
las profesiones.
_
“ Te me salvaste de vainita….!” Le grita
uno de los custodios del oxidado portón. “Si me hubieras dado un poquito de
cariño te hubieras quitado de encima ese castigo por puta. Al menos te vas con un nuevo oficio
para que regreses a la vida..”
Aquellas
palabras le helaron los huesos y no pudo ni siquiera mover los labios mas allá del temblor que le
inundó todo el cuerpo. Odio, rabia y tristezas se amalgamaron con la supuesta
alegría. Un sobre blanco en sus manos es el único testigo de la sudoración
acelerada que invadió sus manos. Dentro del sobre: su pase a la libertad, un
diploma de costurera y algo de dinero para reinsertarse a la ciudadanía. En el aire, el ardiente calor es solo
comparable con el candor de su ira. El silencio fue su solemne respuesta pues
no aprendió a exhalar las acostumbradas vulgaridades con que las internas
responden a los pocos vigías que
resguardan el lugar…
_”Ay
si, se va la monjita sin decir adiós…”
Aquellos
rostros y aquella amarga voz jamás se borrarán de su libertad.
A
Las afueras de la ciudad, en el polo contrario a este desolado lugar, una
pequeña familia hace preparativos para honrar la memoria de la mayor de sus
hijas que hoy saldría de un convento. Bajo las frondosas plantas la brisa se
pasea sobre una olla de sancocho que hierve a borbotones sobre los enrojecidos
tizones.
_”Esa
sopa huele al paraíso..” Anuncia Simón
desde una hamaca.
_”Muchacho
el carrizo deja de blasfemar que aún estamos en días santos, y tu hermana
apenas tiene 6 meses de haber desaparecido…si tan solo mi muchacha hubiera
cumplido su sueño..”. Dice la madre sin ocultar su desaliento.
Hace
dos años que su hija ingresó a hacer votos para convertirse en monja, y de
acuerdo al calendario y las costumbres religiosas hoy hubiera sido el día de su
ordenación. El solemne acto siempre ocurre el sábado de gloria y al día
siguiente las novicias visitan sus hogares. La distancia y las estrictas normas
impiden el contacto con los familiares que aprenden a esperar a las jóvenes que
han elegido ese camino. Para esta familia no será así. Un terrible incendio
borró dos habitaciones que se encontraban hacia el patio del viejo seminario, y
en una de ellas estaba la muchacha que hoy es recordada. Nada pudieron hacer
las superioras que tarde notaron la presencia del fuego y apenas lograron
llamar a los bomberos para sofocar lo que dejó la candela. Cuatro novicias se
disiparon en un mar de cenizas aquella noche.
Bajo
el inclemente sol, apenas a salvo de su tortura bajo la protección de un
pequeño árbol , aún está Sonia a la salida del retén. Confundida por el letargo
de las tristezas y la acuífera imagen que ven sus ojos. Las lágrimas y el
reverberante asfalto desdibujan la ruta que habrá de tomar. Decide echar a
andar sin distinguir con claridad hacia donde dirige sus pasos , con tal de
alejarse de este mal instante. A su espalda puede escuchar el ruido de un
vehículo que se dirige hacia la ciudad. Decide detenerse a ver si por suerte
logra conseguir el aventón. En efecto , el carro se detiene a su lado y un
hombre de aspecto tosco le ofrece llevarla hasta donde comienza la avenida.
_
“Mira mija.. Si fueras de cera ya te hubieses derretido con esta resolana. Si
llevas gusto te llevo hasta el centro.. eso sí , si no tienes ameno de
ensuciarte la ropa con estos asientos..” Atina a gritar el chofer de aquel carro que aún estando tan
sucio no se comparaba en suciedad con la que ella sentía en su propio Yo.
_”Mucho
le agradezco señor , su noble gesto.” Le responde la chica a medida que lucha
con la manija para abrir la puerta y entrar en el vehículo.
_”¿Algún
familiar en la jaula? Pregunta el hombre sin otro motivo que romper el hielo.
_”No..!
“ Responde Sonia a medida que hilvana sus siguientes frases. _”Se trata de una
amiga.. Una amiga de toda la vida”
_“
Han de ser muy buenas amigas para una dama como usted se arriesgue a visitar
ese lugar..” Trata de auscultar el hombre.
_”Si
usted supiera la amistad que nos une. Ella es apenas una oveja que se
descarriló del rebaño por querer ser libre”
_”Esas
muchachas del carajo que no cogen consejo, y después terminan pagando con sus
vidas esa desgraciada libertad que se consiguen” Le replica el hombre azotando
con sus palabras a la solloza mujer.
_”
Así mismo es, señor. Y pensar que Ella no ha cometido pecado alguno” Dice Sonia, buscando recomponer
sus pensamientos.
_”
Carajo, me va a disculpar. Pero a su amiga lo puta no se lo va a quitar nadie. ¿O es que
usted no sabe que ese retén es para mujeres de la mala vida?
_”
Claro que lo se.. Así como se que mi amiga está allí por una mala pasada que le
jugó el destino”…
_”¿Y
cómo es eso? Nadie se mete en esa vida si no por su propios pasos.” Replica
Ernesto, a medida que extiende su mano para presentarse . “Ah, mucho gusto
mija.. mi nombre es Ernesto Manzano..A sus órdenes..!”
_”
Yo me llamo Sonia “ Apenas puede responder, al hacer suya la sentencia que
acababa de recitar el conductor de aquel carro. _ “Si usted supiera que Ella
será la única prostituta virgen que ha existido..”
“No,
me vengas con vainas mija.. o es puta o es santa ; pero no las dos cosas al
mismo tiempo. Ni de vaina..!” Argumenta Ernesto.
“Lástima
que estemos entrando a la ciudad.. Si no le hubiera contado lo doloroso de su
existencia” Dice Sonia a medida que unas lágrimas se escapan de sus cristalinos
ojos.
_”¿Y
para donde se dirige , mija? Pregunta el hombre con ánimos de resguardar a la
joven.
_”
Al cipote viejo…Señor…! A donde el
diablo batió la gorra..!”
_”
Bueno mija, estás de suerte.. con lo lejos que Yo voy, a lo mejor paso por ahí
por donde tu dices.” Responde Ernesto tratando de tranquilizar a la ofuscada
joven.
_”
Mire señor, por El Terronal no pasan ni los burros, y menos un domingo de
resurrección..”
_”
Carajo mija.. por suerte para ti, ..para
esos lados precisamente me dirijo. A lo mejor hasta me sirves de guía.. y
aprovechas la cola hasta la puerta de tu casa..”
_”¿Seguro?
, ¿No se estará usted desviando de su camino por ayudarme? Replica la joven ,
mientras agradece dentro de si la inusitada coincidencia .
_”
Estese tranquila señorita, que si Yo fuera para otro lugar ni de vaina me desvío,
y menos con este calorón que nos está asando vivos. Si precisamente voy para
allá por una invitación de un amigo que me ha dicho que el lugar es muy fresco.
Además no me puedo perder el sancocho que tiene en su casa… Pero cuénteme de su amiga, porque de verdad
me dejó cabezón ese asunto de una puta virgen..”
_”
Le voy a agradecer que no la vuelva a
llamar así que Usted no es quien para juzgarla..!” Repone Sonia , sin disimular
su molestia.
_”Tan
solo repito lo usted misma dijo..!”
La
desolada carretera pareció mas vacía e interminable en medio del prolongado silencio que se apoderó de la cabina de aquel
auto. Solo el estoico ronroneo del motor matizaba la brisa que entraba por las
ventanillas anunciando el frescor de un bosque que bordea la ruta.
_“
Al pasar esa curva está la entrada al caserío..!” Fue por instrucción, la frase
que quebrantó la incómoda situación.
_“Sí..
si ya vi un letrero hace unos metros atrás”. Responde Ernesto a tiempo que
trata de recomponer lo dicho por él. “Espero que me disculpe si en algo le falté”.
_”
No se preocupe, señor.. El mundo está lleno de pecados que todos cometemos
alguna vez. Usted no será el único que
juzga al prójimo, ni será quien los perdone”.
El
anuncio de una conocida marca de gaseosas da la bienvenida a El Terronal.
Ernesto desacelera totalmente el vehículo para cruzar a la derecha y entrar a
un camino desnudo de cualquier rasgo del progreso; salvo por el trazado recto y
el polvo anaranjado que viste a la vegetación. La majestuosidad de unos inmensos
árboles cobija aquella desnudez.
_“
Por aquí mismo me quedo Yo”. Anuncia Sonia. ”La vejiga se me está
reventando….!”
_”
Vaya rapidito que yo la espero” Le dice el hombre al detener el carro .
_”No
se preocupe por mi, que por este monte yo llego a mi casa. Muchas gracias por todo. Siga
derechito que El Terronal es solo esta carretera amarilla. Por ahí mismo puede
preguntar”.
Ernesto
extiende su mano y se despide. _”Ojalá que me la vuelva a encontrar para que me
cuente lo de su amiga”.
La
mujer se apura a adentrarse en la maleza para dar credibilidad a su simulada
urgencia. A pesar que solo unos trescientos metros la separan de su hogar, Ella
solo desea la sobriedad de la arboleda para llorar su realidad. Lentamente se
reincorpora al camino y eleva su mirada hacia la copa de los árboles. Busca en
este verde cielo una respuesta a sus angustias.
_”Dios
mío ¿y ahora qué hago con mi vida.?.”
Abre
el sobre que aún lleva en sus manos para reencontrarse con su mal recuerdo.
Extrae una hoja membretada que señala su última actuación como ciudadana del
mundo.
_”Carta
de buena conducta…” Lee despacio, casi deletreando el encabezado. “No jodas..
como si no fuera suficiente con que llamen putas a todas mujeres que salen a
esa calle. Lo único que les faltó fue escribir que no cometí ningún pecado
mientras nos trataban como pordioseras. Malluga el papel y lo lanza hacia el
monte.
Ernesto,
quien ya ha ubicado el lugar hacia donde se dirige, baja del vehículo mientras
su amigo se dispone a recibirle .
_”Ya
llegaron , ya llegaron.. “ Grita Juliana al ver el carro que recién se
estaciona a un lado de la vereda que conduce a la casa.
_”
No hombre mujer, si ese es el carro del amigo que te dije que había invitado a
que pasara este domingo con nosotros. Ese es Ernesto. El amigo que te había comentado”.
Repone Manuel a medida que se pone de pie para salir a recibir al recién
llegado.
_”Caramba
vale, por fin el viento te trajo por estos lados”. Dice Manuel mientras
extiende su mano para saludar a su amigo.
_”
Si hombre; Manuel.. pero esta vaina si que es lejos, y con esos calorones que
están pegando se hace mas largo el camino”.
_”
Pero no se te hizo tan difícil encontrar el caserío , ¿verdad?”. Comenta Manuel
abriendo el compás a la conversación.
_”
Si supieras que fue muy fácil. Si Hasta me encontré con una muchacha que me
sirvió de guía. Una putica de esas que casualmente venía saliendo de la jaula
de las lobas y como ella venía para estos lados le di el aventón. Por ahí la
dejé echando una meada en la orilla del camino”. Responde Ernesto.
_”
Con esos modales me imagino la clase de loca que trajiste para El Terronal.
Debe ser alguna zorrita que se le escapó a los papas y viene de regreso a
asegurarse el pan”. Comenta Manuel.
_”
Si hombre chico. Y hasta como que me vio la cara de pendejo. Fíjate que me
venía contando que Ella andaba de visita por allá porque tenía una amiga en la
jaula. y que su amiga era una golfa pero con una saludable virginidad, Vaya
pa´l cipote..!. Con ese sobrecito que
traía en las manos y saliendo de ese edificio esa vaina no se la creería nadie.
Una mujercita mas de la calle tratando de enganchar a un bolsa”.
_”
Como si no bastara con la cara que debía tener”. Interviene Manuel.
_”Pa´
que tu veas que el hábito no hace al monje…! Mas bien se veía jipata, y sin maquillarse, peor... Debe ser
por la hambrazón que pasan esas locas en esa vaina o a lo mejor hasta una mala
enfermedad tendrá”.
_”
¿ Y no te dijo como se llamaba ? Pregunta Mnauel.
_”
Sí. Una tal Sonia..! y que vive por allí a la entrada metiéndose por el
montaral.”
_”
¿Sonia? La verdad es que no me suena conocida.
Por aquí de la única Sonia que he sabido es mi hija. Que Dios me la
tenga en su gloria.! ¿Tu sabes?. Comenta
Manuel.
A
Ernesto se le ruboriza el rostro por aquel comentario; pero prefiere no
agregar otras palabras que las de un breve pésame por la ya conocida
tragedia.
_”
Bueno vale, no estamos aquí para hablar de zorras.. Pasa adelante para
presentarte a los míos y para que te tomes un jugo mientras se termina de
cocinar el sancocho”. Habla Manuel a medida que extiende su brazo con la palma
de su mano al sol para señalar hacia el patio delantero donde están dispuestas
unas sillas para los comensales que habrán de asistir al rezo que se realizaría
esa tarde.
_”Mira
Juliana.. este es Ernesto..!”, Se apresura Manuel a anunciar al visitante, apenas se acercan al grupo. “ Y ese es mi
hijo Simón. Aquellos son mis hermanos y
aquellas unas tías de mis muchachos”.
“
Mucho gusto.. Ernesto Manzano para servirles”. Dice Ernesto acompañando sus
palabras con el ademán de su mano para saludar a todos al mismo tiempo.
“Sea
bienvenido, señor Ernesto. Siéntase como en su casa”. Le saluda Juliana un
tanto ensimismada por los recuerdos. “póngase cómodo en esa poltrona”.
_”muchas
gracias señora. Qué frescor tan sabroso el que pega por estos prados..!” Repone
Ernesto a tiempo que se sienta.
_”
Me imagino el calorón que está haciendo por la ciudad…¿Se le hizo fácil llegar al
Terronal? Pregunta Juliana.
_”Mas
de lo que pensaba. Precisamente le decía a Manuel que me conseguí con una
inesperada acompañante que me dirigió hasta aquí.
_”Ha
de ser una vecina que no encontró transporte. Eso es lo malo de aquí, y se pone
peor los domingos. Sabrá Dios de quien se trata”. Alude Juliana.
_”Lo
único que se, es que se llama Sonia y que vive entrando al caserío. Por un montaral
que está a la entrada.”
_”seguro
que le dijo un nombre falso porque por ahí no hay casas y mucho menos alguna
Sonia. Por aquí nos conocemos todos. Usted sabe que pueblo chiquito es infierno
grande”. Comenta la mujer mientras pasa revista en su mente sobre las pocas
personas que ha visto pasar hacia la carretera.
“
Eso mismo me dijo Manuel. Debe tratarse de alguna muchacha que anda escapada.
De hecho me la encontré saliendo de la jaula de las lobas”.
La
mujer se persigna a tiempo que lanza al aire un conjuro : _”Dios nos ampare y
nos proteja de semejantes plagas…! Eso era lo único que nos faltaba. Que alguna
mujer de la mala vida se venga a vivir por estos lados.”
Manuel
se acerca para atender a su amigo y terciar en la conversación._ “Si supieras
quien acompañó al señor Ernesto hasta aquí?. Le dice su esposa.
_”Sí.
Ya me estaba contando. A esa mujercita
no se le ocurrió inventar otro nombre para engatusar pendejos. Esa sucia zorra
.” Añade Manuel.
Siendo
El terronal un pequeño caserío hasta las rutinas mas resguardadas son prácticamente del dominio de todos. Así
que Juliana ha comenzado a cavilar sobre la existencia de aquella mujer y la
mala coincidencia con el nombre de su hija. Sabe con certeza que en estas
tierras no ha existido otra Sonia : “A mala hora se le ocurrió a esa puta
ensuciar el nombre de mi muchacha”. Dice para sus adentros y se pone de pie
para entrar a la casa. Se siente urgida por hacer una oración.
Ernesto
que está sentado de frente hacia la vereda logra reconocer a la delgada mujer
que viene entrando. “ Carajo chico.. si la mujercita del carajo como que se me
pegó atrás. Esa es la putica de la que te estaba hablando”.
Manuel se pone de pie de inmediato para salir
a su encuentro. _”A mi casa no se meten putas ..ya voy a mandarla pa´l carrizo.
Como se le ocurre venir a empañar la honorabilidad de este hogar. Y mucho menos
hoy. No envaine ni que esta casa fuera
un potrero.”
Cual
no sería la sorpresa de Ernesto cuando ve a aquella mujer extender sus brazos
hacia el hombre que va a su encuentro. Y mayor su desvanecimiento a ver que
Manuel le corresponde en el abrazo. Un invierno de lágrimas une a aquellos dos
seres y el abrazo se mantiene hasta que llegan al patio interior. El patio ha
quedado enmudecido y hasta el exquisito aroma se diluyó con el instante.
A
Ernesto se le cae la botella que tenía en sus manos y el ruido sobresalta a
Juliana quien rápidamente abandona las plegarias que estaba realizando por la
esencia de su hija. Sale de la casa y reconoce en la desgarbada muchacha a su
hija Sonia y se desmaya…
Todos
se levantan y vienen hacia la mujer que está tendida en el suelo con el rostro
empalidecido y una mejilla llena de tierra. Tratan de reanimarla con alcohol
hasta que consiguen volverla en sí.
Sonia
está en cuclillas con las rodillas en el suelo y la cabeza de su madre en su
regazo. Los ojos desorbitados de la mujer auscultan esta inesperada realidad.
_”Sonia
si te dieron por muerta aquella noche del incendio.. “ Logra mascullar el padre
entre encontrados sentimientos.
_”¿pero
de cual incendio me estás hablando? Si yo estaba.. encerrada con un montón de …”
La
frase fue interrumpida por la sentencia del papá ._”No, Si no tienes que
contarlo. Ya vemos que te salvaste por andar de zorra, y nosotros creyendo que estabas
entre aquellas cenizas que guardamos. Razón tuvo Ernesto cuando nos habló de la
zorrita que rescató de la carretera…”
La
frase a medio decir fue interrumpida por la misma muchacha. _“Sí de la jaulas
del infierno donde me gradué de puta sin que ningún hombre me haya puesto una
mano encima..!. Logra interrumpir Sonia mientras acusaba con su mirada a
Ernesto…..
Hace
unos meses, una novicia logró burlar las normas de un convento. Serían las
siete y media de la noche cuando a hurtadillas se vistió de civil y logró salir
del recinto con la intención de ver a la ciudad. Luego de caminar por unas
horas entró a un lugar a beber una gaseosa sin percatarse que se trataba de un
bar. En ese preciso momento se produjo una acostumbrada redada y no pudo
explicar su presencia en el lugar.
_”mire,
mi cabo, esta zorrita no tiene los papeles y además dice que ella y que habita
en el convento.”
_”
Sí.. y seguro que vino a llamar a los bomberos y aprovechó para rezarle a los
borrachos de esta cantina.. Mira mamita. ¿Y por qué no arreglamos esto con unos
besitos?
Una
sonora bofetada fue la respuesta que condenó de inmediato a la desafortunada
muchacha.
_”Móntamela
para la patrulla y nos la llevamos para que se amanse . Allá en la jaula de las
lobas siempre hay un lugar para estas zorras..”
Hoy
a sus 65 años el tiempo disuelve bajo un verde cielo y un vendaval de arrugas los recuerdos esparcidos de una mujer que
renació para el silencio en un domingo de resurrección.
CKGALINDO
April, 2014.-
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