martes, 12 de agosto de 2014

AY, DE LOS VIEJOS..!

A LOS VIEJOS NO SE NOS PARA:

Por razones estrictamente biológicas , los seres humanos sucumbimos ante los años y su peso irreversible. No es la edad; sino sus consecuencias las que nos van incorporando al retiro.
Así pues , las arrugas nos desincorporan del acontecer ciudadano, y hasta nos van eliminando los derechos ; aunque en una supuesta realidad , adquirimos algunas trazas de veneración lastimera: El paso preferencial en las aceras, el puesto en el autobús y por supuesto en las colas (suerte de nueva costumbre venezolana).
Sin embargo ; toda esta suerte de cumpleaños me llevan a significar una simple verdad: A los viejos no se nos para.
Trate de advertirle a la humanidad sobre los peligros del calentamiento del planeta , y verá como los viejos nos tornamos  invisibles  para los contertulios. Trate de aconsejar a los jóvenes  y sentirá el rechazo casi automático de la audiencia, y así los etcéteras redundan en lo que afirmo.
Un viejito hace un reclamo en cualquier oficina y hasta lo tildan de loco; sino es que termina haciendo de limosnero de sus propias pertenecías.
Traje a colación este tema por una razón de peso. Si de peso. Ya que la gravedad nos castiga implacablemente. Los pasos se van tornando lerdos, y ni hablar de la pobreza  de nuestros tejidos . Por supuesto me refiero a eso:  A lo que tanto tememos los viejos. Llega ese infame momento en que descubrimos que ya no se nos para.
Nadie nos hace caso, y ni siquiera nos dan la mano para ponernos de pie. Si . A eso me refería, porque al Alzheimer hace olvidar todo lo demás: Hasta los tejidos.. porque se nos va olvidando  tejer coherencias sin ser mal interpretados por los lectores.

César F. Rivero
Cualquier madrugada insomne.

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