Sobre
una blanca superficie el tiempo luce impertérrito: Detenido en medio de las
circunstancias. Es una inerte muestra de la capacidad humana para detener el
destino, o echarlo a andar en un antojo. De una historia emana el pasado para
hacerse presente, o simplemente se guarda para sea eternamente pretérito.
Recuerdos sepultados en el olvido: Casi como no haber existido..!
Unas
teclas con su monótono sonido sirven la escena para el
surgimiento de un legendario personaje . Suena extraño que se nazca viejo, con
una realidad a cuestas ; aún cuando no se ha dicho la primera palabra: Sin
haber dado un paso. Sin siquiera haber tenido
un pensamiento propio . Culpas, sueños y suerte ya están plasmadas para este
nuevo ser. ¡ Qué difícil es ser Dios en medio de todos los verbos…! Conjugar el
destino no es tan arduo como esculpir un sendero para los demás. Mas aún cuando sabemos que todos los destinos
conducen hacia un final.
_ “Hacedme
a menos existir en paz. Lejos de las leyes del amor.” Increpa el recién surgido
personaje.
_
Eso nos condenaría mutuamente: A ti por
existir para la soledad, y a mi por permitir que existas. Los ermitaños se pudren en el amor a si mismo
haciendo de la sublime existencia un caldo para fermentar la ira y el rencor
hacia el olvido.
_”Cierto;
Pero si no me enamoro, jamás seré pasto
del fuego de los engaños, las tristezas y tantas vicisitudes que castigan a la
humanidad a causa del amor. Cómo odiar lo que no se ha amado o tener rencor si a nada se estima.”
_Precisamente
a eso es a lo que me refiero. Si no amas en realidad no existes y empezarás a
odiarte a ti mismo. Condenarás a la creación porque al no existir jamás serás
recordado. Ni siquiera olvidado porque jamás has sido un recuerdo para nadie.
Las
teclas continúan con su estoico chasquido . Cada silencio es un segmento de una
inquietante paz. La otrora blanca escena ahora es un mar de interrogantes y
respuestas que hacen surgir otras incertidumbres. Una lluvia de dudas inundan
mi mente. No puedo aceptar que los verbos dejen de galopar sobre los
pensamientos. Ya somos tres los que estamos inmersos en este destino. Lo que
fue una inexistencia ahora es una ineludible cita con un final. El tiempo nos ha convocado a ser. Una simple hoja en blanco no sirve de nada si
permanece imperturbable. Se forjó para dar vida y comulgar en la existencia.
Usted y yo frente algún personaje que
emerge para no ser víctimas del silencio. Es el drama de quien escribe, al
encontrarse con una historia que aún no existe.
_El
tiempo se hizo para ser conjugado. De no ser así, solo estamos ocupando un
espacio que puede ser útil para otros seres que en verdad desean vivir: Los que
aún no han nacido, o los que aún existen en los recuerdos. El fantasma de los
verbos inicuos acecha sobre la voluntad no ejercida.
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