lunes, 26 de enero de 2015

INSOMNE


La noche es tan densa que casi se puede palpar con las manos. El silencio se ha transformado en parte de la oscuridad. Por mas que trato de escuchar; solo alcanzo a oír mi propio silencio. Tal es la ausencia que hasta los aromas han sido absorbidos por  el negro manto que nos cubre.  Mi país es una madrugada que se está prolongando demasiado. No me atrevo a volver a la cama so pena de seguir remando en medio de una pesadilla en blanco y negro. He perdido la noción de cuando los crepúsculos anunciaron este anochecer. Solo recuerdo esa tarde en la cual Venezuela se regocijaba de sus colores . Anhelo esos sabores que se mezclaban con el paisaje. Se me ha agotado el sueño y la noche no termina.
Enciendo una vela con el pretexto de ver por donde andar, y no tropezar con los cadáveres que presumo alrededor. Su pestilencia ofende los sentidos.  Prefiero colocar mi vela frente a el altar, y rogar  a Dios que mueva al país hacia un lugar donde el alba fragüe el horizonte. Deseo  ver a el mar besando las costas de un país impregnado de colores que ahora están ocultos  en la densidad de esta mala hora.

Me atrevo a citar una prosa: "..parece que para a el mundo , la palma sin un va y ven.." 


Otra madrugada de enero del 2015

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