Un concierto de luz viste de aromas el
paisaje.
En cada lugar que observo, hay un arrullo de
verdes que atrapa mis pensamientos.
El sol esparce las semillas de la existencia.
Todo parece estar vivo. Las flores perfuman las
huellas que están por extenderse sobre el húmedo suelo..
El alba está cantando sobre el infinito
horizonte donde el majestuoso río se disipa en el mar.
El océano
abre sus brazos para darle reposo al fatigado andante.
Así la brisa sobre el reverdecer.
Es invierno, y sin embargo la lluvia se ha
tomado un descanso para ver su obra.
El
pincel de los tiempos ha derrochado bendiciones sobre la solemne llanura.
Y acá estoy Yo, pensando en cómo enmarcar tu
rostro con este despertar ,
sin que la naturaleza me envidie.
Solo Yo puedo mirar en tus ojos como se decanta la vida.
Por eso madrugo. Para ordeñar de los luceros
la calidez de tus labios.
Para libar en tus manos los sorbos del
amanecer.
Tu piel se esparce sobre la inmensidad que me
abrasa. Febril instante es la miel de tu sonrisa.
Lo infinito de la noche se entregó en tus
cabellos, así como la madrugada se disipa ante el sol.
Canela y fuego el incienso de un recuerdo.
Hablo con mi alma para escuchar tu voz.
julio de 2015
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