Desde hace algún tiempo he estado
confrontando a todos los demonios que suelen
hacer daño al cuerpo y al alma. Ya,
Gracias Dios, he derrotado a algunos y estoy actualmente confrontando a otros. El
rencor, el odio, el estrés y la impaciencia hoy yacen derrotados a los pies de mi
voluntad. Hoy aspiro derrotar al miedo. Si hay algo que temo es a temer.
Los cobardes aprendemos el miedo, y le damos
cuerpo en la medida que permitimos que invada todas nuestras circunstancias,
incluso las mas simples y rutinarias. Hay personas que tienen miedo a respirar
so pena de morir ahogados por su propio aliento. Conozco a muchas personas que “viven”
temiendo morir. Como si no fuera suficiente
saber que es un deber ineludible para todo ser , y que basta estar vivos
para asistir a la cita cierta. A Ellos les digo que el verbo está en morir
viviendo , y no en vivir muriendo.
A Dios no le temo porque está en nosotros desde
el mismo instante en que fuimos concebidos. Al menos es así , para los que convivimos
en la fe. Todos portamos un gen de Dios en nuestra conformación humana. Siempre insisto en que El ADN no es solo el fenotipo
que nos caracteriza como individuos de una misma raza; sino también como
humanos, con toda la razón que esa
palabra conlleva. Solo la maldad debe temer a la luz divina.
Sabiendo ya a lo que me enfrento, echo mano a
la fuente de mi existencia .
¿Soy un cobarde porque temo escapar de
Venezuela o soy un cobarde porque temo quedarme en nuestro país? . Vaya dilema
para este venezolano que llevo dentro, junto con mi gen celestial. ¿Soy un
cobarde porque temo ser esclavo, o soy un cobarde cuando temo ser libre?.
Temo hasta el cansancio que mis descendientes tengan por
heredad nuestra silente esclavitud. He allí el quid de mi cobardía.. Tan solo
por endilgarle un nombre a alguno de mis
miedos.
julio de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario