domingo, 18 de septiembre de 2016

SR. JUEZ


Yo tengo muchas circunstancias que pueden conducir a dudas sobre mi fe; o quizá , sobre la manera como me conduzco ante Dios. Mi percepción de su esencia bien puede  distar de los conceptos comunes entre mis cercanas amistades ; pero a la vez confluye con la de muchos. Para mi , el hecho que Dios se hizo verbo, me hace pensar que El  está aquí entre nosotros : Sobre nuestra piel y en nuestros tejidos. No pretendo a Dios tan lejano como presentirlo por allá entre las estrellas mas remotas  , sentado con una varita , esperando nuestras equivocaciones para asestarnos un castigo. Yo pienso que esa es la versión humana  para alejar a Dios de nuestras andanzas terrenas. Dios se hizo verbo para conjugarse en todo,  y ser conjugado por quienes aceptamos su existencia: Somos entes en el bien o somos parte del mal. Yo pienso que Dios no pretende que seamos santos , porque en su omnisciencia tiene perfecto saber de nuestra esencia y nuestra conducta imperfecta: Pero somos una especie en el equilibrio del universo. Nuestro deber es el verbo y conservar el equilibrio que conlleva nuestro accionar sobre  la totalidad. Sea usted creyente o no, Dios está en nosotros , en nuestro ADN personal. Cabe entonces el albedrío de conjugarse con el universo o pretender socavar su balance:  El bien o el mal.
Dios no es un cazador que nos acecha cual  presas para divertirse jugando al tiro al blanco. Eso sería muy fácil para quien es omnipotente y omnipresente. Insisto: Esa es la versión de los hombres para excusar sus propias acciones: Mantener a Dios bien lejano, y  asustando a los niños. Pero, el verbo habla de la cercanía de los niños para con Dios. ¿Recuerdan el plan? “Dejad que los niños se acerquen a mi, porque de ellos será el reino de los cielos..”. Y No es que salgamos desde ya a  chuparnos el dedo. No. Ni que pequemos de “pendejos” como se dice en mi país. Yo pretendo ser niño cuando amo , y cuando la inocencia me permite maravillarme ante el aroma de una flor, con la luz de una sonrisa o en la voz de unos ojos. Yo pretendo ser niño cuando le temo al mal y me conjugo en Dios para adversar a quienes nos quieren hacer daño. Yo pretendo ser niño cuando me aventuro en los cielos para sentir a Dios en cada palmo del camino.
Cuando Jesús retó a los hombres a que lanzaran la primera piedra no lo hizo para juzgarles.. Si no para advertir que no interviniéramos con el plan divino, vale decir, con el equilibrio del universo: No matarás, amarás a tu prójimo como a ti mismo y conjugarás  a Dios sobre todas las cosas.
Sea la paz con todos. 

No hay comentarios: