martes, 15 de noviembre de 2016

SED ...


El sol del trópico acaricia la piel por unos instantes ; mas luego se hace un verbo tenaz al colmar el cenit. La copa del solsticio se derrama sobre el suelo patrio embriagando de veranos la selva humana. Los arbustos sin voz se resguardan a la sombra del silencio; mientras el inmenso pajonal se transforma en  quimeras que son cubiertas por las hojas muertas del otoño ecuatorial. La sed redunda en los tallos , y se hace agobiante adjetivo sobre este agreste paisaje. Los oleos no me alcanzan para difuminar las agonías. Estoy a punto de abonar el lienzo con mis propias penurias; pero saturaría el hastío.
Un  yermo pensamiento abrasa la brisa donde El Alma Llanera sorbía los matices de unas glorias que hoy parecieran ajenas a las notas patrias. Los lauros  se disipan en lontananzas indignas de los sustantivos crepusculares.  El alba , apenas conmina a la languidez de unos rostros que desdicen su estirpe. La sed esculpe estoicamente en mi garganta el amargo sorbo de una desidia , que en  mala hora está sustituyendo a la espuma, a las garzas y a las rosas que esparcían embelesos sobre este lado del Arauca vibrador.

noviembre de 2016.
#SOSporVenezuela 

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