Para
las personas con las que he compartido, y sobre todo, para aquellos con quien interactúo con cierta frecuencia , yo soy un
verbo bastante simple de conjugar. Sin tiempos especiales , ni adverbios incómodos
que al final estorban la existencia. Yo soy bastante básico como para servir de
adorno , y si no fuera por mis escasos atributos físicos, yo andaría desnudo.
No lo hago porque yo le tema al
ridículo; si no porque la humanidad se sonrojaría ante semejante afrenta a la
beldad. Dicho esto, procedo a exigir me disculpen , si en las próximas líneas
se me escapa alguna expresión disonante; pero si usted está leyendo estas
líneas es porque usted reside en mi corazón , o usted ha permeado en la piel de
mi alma.
Te
estarás preguntando que tienen que ver mi discurso, y las premisas expuestas, con los
verbos a los que te invito : Simple y sencillo. Son las 8 de la noche y Venezuela
me hiede a bazofias que se adhieren a mi escuálida estampa. El país emana
rancios vahos que ofenden hasta los olfatos menos refinados. No les niego que al
principio culpé a los perros por la cantidad de basura regada en todos los
espacios, y por los extremos hedores que rodean a esta circunstancia de país.
Quedo ingratamente sorprendido por la cantidad de adultos y niños que cual
zamuros se disputan las bolsas de basura en nuestra no menos conmocionada ciudad.
Estoy anonadado por la diversidad de la suciedad, y como esa misma suciedad sirve
de alimento, y hasta como objeto de aseo personal ante las prioridades que
significan ejercer las necesidades básicas sobre la misma basura que están “seleccionando”.
No se si persignarme o rasgar de mis ojos una lágrima que se apresura a corear
este desaliento que se me conjuga con la gran arrechera que viste mi escualidez.
Deseo que quienes dialogan cristianamente con los comunistas , estuvieran
conversando con su contraparte alrededor
de esta mesa. La basura está servida , y hace juego con la realidad de país que
se está “refrendando” en un acuerdo que hiede mucho mas que este impúdico
orinal.
Mi duda
está en si mi presunta desnudez sonroja mas que esta peculiaridad que se nos
hace cotidiana , y fatalmente aceptada, con una vulgar resignación que hiede tanto o mas que la misma
mierda que acaba de embadurnar mis sencillas
alpargatas.
noviembre de 2016
#SOSporVenezuela
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