Hoy es domingo, y luego de una breve meditación
matinal , mi conversación con Dios me conduce de nuevo a acariciar las letras,
o al menos tratar de masajear el lenguaje. Hoy pienso que la palabra es algo de
lo poco que nos queda en común a la
mayoría los venezolanos. Las excepciones refuerzan lo que acabo de afirmar. El resentimiento, la
supina ignorancia que nos ha servido de excusa ancestral, la “flojera
tradicional”, amén de la consabida “viveza criolla”, han dado al traste con el
verbo de nuestras venas. No me voy a adentrar en nuestra historia porque
presiento que las premisas antes expuestas
solo conducirán a un me gusta en Facebook ; pero también a evadir un escrito
extenso. Un alarmante 90% de nosotros no le agrada la lectura, y peor aún, mas
de un 70% no sabemos leer*. Y ni hablar
de la escritura, y su correspondiente ortografía: Somos el hazme reír de nuestra propia desvergüenza. Ayer era un
chiste el escribir “mi hijo varón es vachiller”; no contentos con que el hijo
sea masculino y la hija bien femenina, ahora tampoco importa si ellos se hacen bachilleres, y sin la V de vaca, para rumiar
el desenfado que nos arrulla. Alguna “misión”
los adoptará, y/o los adaptará a la
mendicidad y a la resignación de un plato de comida al día (si logran amasar
una fortuna para comprarlos: Ni la masa ni el dinero se conjugan en un mismo
plato, salvo en contadas excepciones, que por supuesto son privilegios de la
casta que nos desea depauperados , y prestos a arrodillarnos ante los mandatarios
de turno, y sus cortesanos).
Decía pues , que la idea es masajear el
lenguaje, sin atreverme a mas, so pena de perturbar la modorra que nos ha
conducido a saborear con agrado esta gravísima
resignación. Bien lo diría “El Libertador” en algún instante de lucidez filosófica: “...Moral y luces son nuestras
primeras necesidades…”, Y antes que salga alguno a reclamar por lo de “algún
instante de lucidez”, le recuerdo que Bolívar fue ante todo un hombre, un
militar consagrado a sus luchas; pero jamás perfecto, ni mucho menos un santo;
con todo lo que para el venezolano significa “hacerse el santo”. Pero
regresemos al meollo de esta reflexión: Nuestra MORAL hiede a excremento, por no decir de la
opacidad de Las LUCES con las que Nos
pretenden amansar.
Yo soy de los que piensa que para
reconstruir a Venezuela debemos comenzar por implementar una moral para
cohabitar armoniosamente en ella. El
rancho, sin pecar de peyorativo, no está en los cerros , si no en nuestra
actual idiosincrasia . No diré “indiosincracia”; porque no deseo ofender a
nuestros aborígenes, que si a ver vamos , poseen una moral muy superior a la
nuestra. SU propia moral. La palabra
“ indiosincracia”; aunque exista, no se corresponde con ningún
significado en nuestro lenguaje , por si
acaso, y mas indio sería consagrarnos a su discusión . De las luces siempre
queda algo bueno. “Los libros no muerden,
Miladys ” como atinó en decir un célebre venezolano en su parodia de nuestra
triste realidad: Gracias al chuuunior por calar en la nuestra afinidad con “La
Radio Rochela”.
Nuestra moral actual es una licencia para obviar la razón y
nuestras mas mínimas normas de coexistencia humana: Echamos basura donde nos da
la gana, no comemos la luz roja, permitimos el robo, y hasta nos alegramos
porque no nos maten a nosotros, puesto que la vida ajena, parece no importar.
Por supuesto , la vejación a un anciano, a una mujer o a un niño tampoco es
NUESTRO PROBLEMA , mientras no toque” mi espacio sagrado”, pero coño…! Y me disculpan los mas
sensibles. ¿Toda Venezuela dejó de ser NUESTRO espacio sagrado, para solo
contentarse con un rinconcito en nuestras casas por miedo a la inseguridad? .
Le cedimos el entorno a la delincuencia, o como debe ser dicho, el gobierno
rojo, rojito, le cedió nuestros espacios al lumpen delincuencial , y planificó muy bien la celada para entretenernos
, mientras el robo mayor se ejecutaba en las altas esferas.
¿Recuerdan la eliminación y desarme de
las policías y de los vigilantes privados so pretexto de evitar” un golpe”?, Recordemos
que se prohibió la presentación del rostro de “los presuntos delincuentes”;
pero se ensalzó la imagen de “Marulanda”, del ché, y de cuanto bandolero
admirado por el difunto. La permisividad
con los delitos “menores” con la excusa del hambre condujo al raterismo, la
mendicidad y ahora mismo a el “bachaqueo”, que también es un robo; pero
amparado por “La necesidad”. Me disculpan
de nuevo; pero coño, Bolívar no se refería a esta “necesidad” cuando habló de “nuestras primeras
necesidades”. Por cierto me salté que en
nuestra moral de “hombres nuevos y revolucionarios”, también podemos hacer
nuestras necesidades primarias donde mejor nos convenga ya que dejaron de ser
privadas para convertirse en “privilegio”del pueblo mismo”. Moral
hermanos… eso es lo que nos tiene en la ruina: conjugando anti valores y viendo
como a bichos raros a quienes respetan
el buen quehacer humano. De las luces dependerá por añadidura que disfrutemos las
bondades de un país que redunda en una exuberante belleza, abundantes riquezas
naturales , (Aún NO las han saqueado todas; pero están en eso), y en las glorias de un pueblo que al yugo lanzaba.
Hoy no calzamos en las notas de nuestra canción patria, y no precisamente porque
hayamos dejado de ser un bravo pueblo, porque arrechos estamos desde hace rato; si no porque
hace bastante tiempo que en VENEZUELA la ley que no respeta la virtud y honor.
febrero de 2017
#SOSporVenezuela.
· * Hecho
corroborado por mi al pedir a 100 personas al azar , que leyeran estas tres
opciones: Hoy es el 40° aniversario de la fundación / En el siglo XVII el feudalismo imperaba ./ Ese suceso acaeció en
La Quinta de Don Pedro Alejandrino . (Ni de vaina se me ocurrió preguntar lo que
significa la última propuesta , y me persigno, por si acaso )
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