Hoy impregno mis
manos en las aguas de luz: Otra vez digo presente en las bendiciones que manan
de la certeza de haber emergido a la vida para conjugar una misión: Vivir . La
fe está esculpida en todas las almas, la esperanza es el perfume que la
blasona. Basta con acercarse al universo
, y sentir su aroma en cada flor que
existe , en el soplo de las aves al pincelar
el aire con sus alas.
He allí a un hombre al que llamamos hermano,
por la fortuna de haber nacido de las mismas estrellas: Del mismo polvo al cual
regresaremos ; pero perfumados por todas las bendiciones que hayamos ejercido.
Hoy no vine a desear en vano ; si no a
compartir lo que me bendice : una minúscula
semilla en las manos de un labriego: Mi fe.
Los surcos ávidos de
sol liban rocío de la voz del alba: Eso
es amanecer. Eso es asistir al eterno nacimiento que nos acontece al despertar.
He yo aquí, llovido
por tus ojos, bendito en tus entrañas. Libando de tu amor el néctar de la vida:
El rocío de tu alma.
Brindo por los surcos labrados en mi corazón:
He allí donde germinan las semillas del labriego: Tú.
Sé que tengo al frente un besar de
emociones que dan color al arcoíris . Ustedes son las bendecidas briznas que llueven a mi corazón.
Hubo un hombre,
hubo mil hombres;
pero jamás hemos sido
si nunca hemos estado
en el alba del
prójimo.
Hubo una semilla,
Hubo mil semillas;
Pero jamás germinaron
Sin el aroma de la
luz.
He allí la fuente
donde impregno mis manos.
He allí en tus ojos
una brizna de
felicidad.
Llueves sobre la
humanidad,
Y las semillas de la
vida emergerán.
Llueves sobre su luz
Y habrás florecido en
nuestro amanecer.
Feliz navidad…!
Mi alma un 21 de
diciembre de 2017…
Prof. César F. Rivero
Ruiz
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