sábado, 16 de diciembre de 2017

MOJADO




     Yo soy uno de los tantos venezolanos que tuvo que huir de Venezuela. Sí . Suena muy simple para los que no echan de menos mi ausencia; al fin y al cabo, yo soy una brizna en la inmensidad de un océano que se endulza de Caribe para besar estas preciosas tierras. Mi amada Venezuela jamás será lejana para quienes acariciamos con denuedo sus aromas y su piel.
  Hoy yo estoy en tantas partes del mundo que me siento disuelto en un mar de esperanzas que han sido vertidas por los ojos de mis muchachos. Como a bien lo afirmara Nuestro ilustre poeta, Andrés Eloy Blanco, en su verbo:  Los hijos infinitos. “  Cuando se tiene un hijo,
se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,…” Me hice padre de todos los hijos del mundo.
  Hoy yo tengo la certeza que parte de mi vida está allí afuera. Las otrora riberas de mi Arauca vibrador , son ahora mismo la frontera entre América del Sur, y un territorio que se ha hecho inadmisible para miles de jóvenes en los que viajan mis pensamientos. Sí. Mis hijos se han diseminado en patrias hermanas; pero no en mi Venezuela. Esas semillas benditas están germinando fuera de nuestro país.  Y no es que los granos que nos quedan sean menos benditos; si no que en su totalidad se suma el perfume de una juventud que se nos disipa de nuestro formidable tricolor.
  En el aula de mi corazón aún retozan esas parvadas. Hoy  me siento mas ausente de mi país cuando titilan esas almas bajo  la plenitud de tantos cielos lejanos.

Para Yusviely  y Daivi
Venezuela,17 de diciembre de 2017
#SOSporVenezuela

No hay comentarios: