El
último recodo del silencio ha sido perturbado por un susurro. Ya no habrá mas
guerras para dilucidar cual civilización de la tierra que ha
logrado la máxima victoria. La noche de los tiempos se dispersa sobre la densa
eternidad que está disipando los minutos… Un hombre cuyo nombre ya no importa,
asume en su rango el papel de los rendidos. De su ejército solo ha quedado el
aroma que se impone desde la imperturbable soledad.
El fue un sobreviviente en el
último combate para resguardar la paz mundial . Sobre una tecla , su dedo
inerte aún obedece a las instrucciones finales. Tres, dos, uno… fuego. Del otro
lado del mundo el ejército triunfante ya no existe, como tampoco las ciudades
que pretendían defender. Sobre las arenas silba el silencio de las últimas brisas.
Ha triunfado el hombre sobre su propia terquedad.
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